Melilla, Frontera Sur (Activismo con Oxfam)

Melilla es una ciudad de nacionalidad española pero geográficamente ubicada en África.  A lo largo de nuestro viaje con Oxfam (marzo 2018), pudimos comprobar que está llena de contradicciones y contrastes: existen todavía restos urbanísticos herencia franquista que contrastan con la realidad actual de España y con una arquitectura modernista, cuyas ideas de vanguardia social y política distan mucho de lo que el franquismo representaba.

Existe también una ciudadanía que juega al golf frente a un CETI (centro de estancia temporal de inmigrantes) abarrotado de gente que vive en pésimas condiciones. También ignoran protestas semanales de niños nacidos en Melilla a los que se les niega la educación obligatoria por no tener permiso de residencia.  Esta es la cara B de Melilla, que nadie quiere ver ni visibilizar. También la de los MENAS que conocimos y que deambulan por las calles esperando que llegue la noche para hacer “risky” mientras esnifan pegamento y miran el carguero en el que tratarán de introducirse, soñando con pisar esa “Gran España” que les dará un presente mejor.  Sin embargo, estos niños en peligro han pasado a considerarse niños peligrosos, como dice José Palazón. La ciudadanía coexiste pero sin mezclarse y, por ello, resulta difícil hacerse una sola imagen de Melilla y de su realidad social.

Por ello, mi propuesta es una narrativa visual en blanco y negro. Un recorrido por el barrio del Rastro, el ensanche modernista donde se ubica la mezquita central de Melilla y donde encontramos ociosos a muchos de los menores que conocimos y que aguardan la noche para arriesgar su vida. Es un barrio que bien podría ser Marruecos. El recorrido incluye también un paseo por Melilla la vieja, desde donde muchos observan de día el barco ARMAS al que sueñan con poder acceder por la noche. Ahí, en la ciudad fortificada también llamada “el Pueblo”, existen poemas tan contradictorios (que bien parecen un mal chiste) con la realidad actual de Melilla como este:

Canto tu Valerosa,
tu humanitaria estirpe, la semilla
Caritativa Rosaque soñando en amor, contó en Melilla.

Finalmente, el recorrido incluye también la valla y la realidad circundante del CETI y de las personas que se preguntan qué será de sus vidas mientras se sientan de espaldas a un campo del golf que les recuerda que no pertenecen ni lo harán a esa casta privilegiada de ilustres Melillenses que ignoran y dan la espalda a sus realidades, a esa otra realidad que tiñe Melilla  de negro. Melilla no es una ciudad de grises, sino de una dualidad cromática extrema que segrega metafóricamente a los privilegiados de los que han tenido la desgracia de nacer en otros lugares, al otro lado de la frontera y que luchan a diario por poder vivir con dignidad.

Esta obra «blanco y negro» se expone en la galería «Art&Flux» (Bélgica) en octubre del 2018.

Recogida de firmas para la escolarización de menores hijos de inmigrantes.

Menores no acompañados en la calle